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Channel: Ambientación – DungeonsAndCthulhu
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Segunda sesión oficial (1)

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Con el recuerdo aún reciente del final de la aventura de inicio, vamos a contaros cómo fue la experiencia, en una sesión en la que todos los aventureros sufrieron las garras de la Corrupción en mayor o menor medida, y uno de ellos encontró la muerte de una forma bastante cruel e inesperada. Como siempre, contiene spoilers de la aventura, así que si la vas a jugar mejor que dejes de leer ahora mismo…

En la anterior sesión los aventureros habían llegado hasta las ruinas de Piedras Viejas y encontrado la palanca oculta que abría la puerta secreta al templo de Y’Golonac. El grupo se había quedado justo a la entrada, y en ese punto retomamos la historia.

Con todos los Puntos de Suerte recuperados (los jugadores vuelven a disponer de todos al comienzo de cada sesión), los aventureros, con Harvestat y Sarah (los dos buscavidas) al frente para tratar de encontrar trampas, avanzaron por un estrecho pasillo, oscuro y semiderruido, con corruptos glifos e inscripciones ilegibles en las paredes, hasta que llegaron ante unos nichos en los que había unas deformes figuras que representaban (todas ellas) a un ser obeso y obsceno, con la cabeza cercenada y las palmas de las manos extendidas, con unas bocas de dientes voraces en sus palmas. En la zona había una poderosa Corrupción, por lo que todos los aventureros tuvieron que tirar su Virtud para resistirse, y aquí fue donde algunos comenzaron a sufrir su primer punto de Corrupción temporal.

El pasillo no parecía revestir más peligro, y siguieron avanzando hasta que llegaron a una sala con ocho columnas repletas de extraños símbolos y glifos siniestros. La arcana del grupo, Rhona, logró superar una tirada de Arcanos y se dio cuenta de que había una especie de lógica en los glifos de las columnas, y que podrían tocarse dentro de un orden concreto, pero desconocía ese orden. Harvestat descubrió una puerta secreta, pero no había forma de abrirla (¿tal vez tocando los glifos?). Como no encontraron más pistas, decidieron volver sobre sus pasos e investigar una ramificación del pasillo que no habían seguido.

Llegaron hasta otra sala con el suelo cubierto de una costra negruzca que parecía sangre seca. Allí se erigía un extraño pozo en forma de mano extendida en cuyo borde había unas piedras afiladas que simulaban colmillos, como si la boca del pozo fuese una boca devoradora. En uno de los lados una escalera metálica descendía a la oscuridad. Con más curiosidad que raciocinio, algunos de los aventureros bajaron por la escalera. Primero iba Fulgar el Loco (Luchador), seguido de Magnus Espadafirme (Religioso) y Rhona. Cuando Fulgar había bajado unos 10 metros comenzó a sentir una sensación extraña (al superar su tirada de Percepción), pero aun así siguió descendiendo. En un momento dado sintió una fuerte presión tirando de sus extremidades, pero la sensación no pasó de allí (superó su tirada de RES). Lo terrible vino cuando descendió el religioso del grupo que, aunque gritó que Tilien lo protegía, su dios no pudo hacer nada para evitar que sus brazos y piernas se separaran con brutalidad de su cuerpo, como si una fuerza invisible se los hubiera arrancado de cuajo. Sus compañeros observaron horrorizados como los restos de Magnus se desplomaban en el abismo y se perdían en la oscuridad.

Llegado este punto Rhona decidió no seguir descendiendo, pero Fulgar ya había bajado mucho y quiso llegar hasta el fondo del pozo (si es que lo había). Al final, unos 50 metros más abajo, llegó hasta la base del pozo, donde había miles de huesos humanos, la mayoría de ellos parcialmente devorados, y sobre ellos el cuerpo desmembrado de su compañero. Al menos Fulgar consiguió una espada de electro, varias monedas y una buena armadura y escudo entre los restos. Lo malo es que ahora tenía que subir de nuevo y pasar por la zona donde el religioso había hallado una muerte tan cruel. Sin embargo la suerte estaba de parte del luchador, que consiguió evitar de nuevo la magia maligna del pozo y subir a la superficie con el tesoro conseguido.

Aturdidos y apesadumbrados por el compañero caído, los aventureros decidieron continuar investigando el lugar. Alguien tenía que pagar por la muerte de Magnus Espadafirme.

Y el resto lo dejamos para la próxima entrada, donde os contaremos el resto de la sesión y las conclusiones y cambios que hemos barajado para Dungeons & Cthulhu después de probar la aventura.


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